La empresa resultaba toda una epopeya y el San Lorenzo de Los Milagros la convirtió en realidad. Siguiendo la estela motivadora del "Bambino" Veira, apoyando en un equipo sólido, equilibrado, mentalmente fuerte y con dosis de buen fútbol, eficiencia y efectividad, cambió 21 años sin festejos por un grito conmovedor y ampliamente añorado: ¡¡¡Campeones!!!
Un día como hoy, 25 de junio, pero de 1995, el equipo azulgrana se presentó en el Gigante de Arroyito ante Rosario Central, acompañado por 35.000 seguidores ilusionados con un final feliz. Gimnasia, que recibió a Independiente en La Plata, llegó un punto arriba en la tabla clasificatoria. Vencer y que el "Lobo" no lo hiciera, suponía el mayor deseo en Boedo durante un día de invierno crudo y de corazones calientes.
Después de 45 minutos intensos en ambas canchas, a orillas del Paraná, existió un gritó enorme por la conquista de Sergio Mazzoni a favor de los "Diablos Rojos". Ya en el segundo tiempo, Carlos Javier Netto falló un penal y a falta de 10 minutos, un corner de Paulo Silas y el posterior cabezazo de Esteban González estremeció al Ciclón y lo puso de cara a la máxima gloria. Sí, ¡Santa alegría! Desde el Nacional de 1974 que San Lorenzo de Almagro no disfrutaba la cima del fútbol nacional y lo logró tras una jornada inolvidable.
Y para eso fue vital el talento del brasileño Paulo Silas, el fútbol de galera y bastón que interpretó Fernando Galetto, la dinámica de Roberto Monserrat, el criterio de Carlos Netto, el oportunismo de Esteban González, el olfato goleador de Claudio Biaggio, la seguridad de Oscar Passet, el liderazgo de Oscar Ruggeri, el amor propio de Damián Manusovich, la simpleza de Oscar Arévalo, la experiencia de Norberto Ortega Sánchez, el aporte de Javier Arbarello y el hondureño Eduardo Bennett, la regularidad de Mario Escudero y Eduardo Tuzzio... más la inteligencia, verborragia y estrategia que imprimió el técnico Héctor Veira. ¡El Ciclón tuvo un verdadero plantel de hombres!
La campaña mágica de diecinueve compromisos, contó quince victorias (¿Los resonantes? El 2-0 a Boca y 3-0 a Huracán en el Pedro Bidegain, más sendas satisfacciones consecutivas y de visitante, por 1-0 y 2-1, ante Independiente y Racing de Avellaneda). También hubo dos empates e igual número de derrotas, con 31 goles a favor y apenas 12 en contra. Una estadística majestuosa.
Boedo, Avenida La Plata, Argentina... celebraron hasta que las velas no ardieron y volvieron a sentir la sensación única e intensa de un vibrar inexplicable, inolvidable y de una valoración sentimental increíble, lo que se resume en una definición inigualable y maravillosa: ¡¡¡San Lorenzo de Almagro campeón del Torneo Clausura 1995!!!
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