
Menseguez en acción. Foto: Olé.com.ar
San Lorenzo de Almagro ganó su segundo partido consecutivo, lo hizo con suficiencia y sin brillar aunque diseñando un juego correcto. Así, superó a All Boys (3-1) en el estadio Pedro Bidegain.
La iniciativa en el comienzo fue del equipo azulgrana, que incluso apenas superado el minuto de acción, ya preocupó a la valla de Nicolás Cambiasso. Y es que un perfecto cambio de frente que le realizó Guillermo Pereyra a Diego Rivero, finalizó en un centro que Sebastián Balsas estuvo muy cerca de capitalizar. Como respuesta, Juan Pablo Rodriguez desperdició una falta directa al borde del área, la que acabó muy desviada sobre el travesaño.
A los 4 minutos, otra vez el gol rondó el arco visitante. Un tiro libre en la banda derecha, a unos 40 metros de distancia, lo tomó Aureliano Torres y el veneno que llevó su disparo casi termina colándose junto al poste derecho. Ordenado y paciente, el Ciclón buscó desenvolverse criteriosamente y así dejó una imágen compacta en esos minutos. Hasta sendos carrileros y el mediocampista paraguayo se complementaron muy bien, evidenciando una clara postura ofensiva.
Cuando corrían 11 minutos y debido a una molestia, Diego Placente le dejó su lugar a Leandro Romagnoli, lo que obligó a que Aureliano Torres retrocediera unos metros, modificándose la estructura táctica que originalmente diseño el técnico Ramón Díaz. A los 18, otra falta, también en los botines de Torres (el más destacado en esta parcela del juego), la ejecutó de la misma forma que la anteriormente referida y la pelota rebotó en la base superior del travesaño.
Paulatinamente, All Boys se convirtió en un equipo fastidioso, que apretó la marca, le sumó fricción al partido e hizo la posesión dividida y comenzó a complicar las subidas a través de las bandas derecha e izquierda. De todos modos, jamás apremió seriamente a Pablo Migliore, apenas generó ciertas faltas que no llegaron a nada. La idea resultó desarrollar una tarea de desgaste que perjudicara las mejores intenciones de fútbol que propuso San Lorenzo.
A los 36 minutos, Leandro Romagnoli habilitó a Diego Rivero, quien se introdujo en el área, centró y Juan Carlos Menseguez fue partícipe de una situación dudosa, la cual fue protestada al tratarse de un posible penal al filo del área chica de Nicolás Cambiasso. Ocho minutos después, Mauro Matos recibió sólo en el área, intentó definir y Fernando Meza (un valudarte de la defensa) se cruzó justo y envió el esférico al corner, salvando la situación.
La salida de Diego Placente fue perjudicial para el trabajo colectivo azulgrana, ya que privó la salida y profundidad que dispuso Aureliano Torres cuando su función estaba directamente relacionada con el ataque. Sobre los 45, Sebastián Ereros estrelló una falta directa en el travesaño y tiempo después, Emanuel Pérea cabeceó dentro del área y exigió a Pablo Migliore, mostrando cierto desacomodo que atravesó el Ciclón y que se hizo más notorio en los tramos finales del período inicial.
En la etapa complementaria, a los 2 minutos, Aureliano Torres sacó una falta desde la derecha, la pelota sobró al arquero y Jonathan Bottinelli, libre de marca pero incómodo, cabeceó arriba del travesaño y así, San Lorenzo de Almagro dejó pasar una clara oportunidad para ponerse en ventaja. Pero a los 10 minutos, y cuando lo precisaba porque el trámite se ponía turbio, Diego Rivero ganó un balón en el medio después de un topetazo y habilitó a Juan Carlos Menseguez, que definió por encima de Nicolás Cambiasso y decretó la ventaja azulgrana.
Entre lo positivo de este período, remontó su accionar Juan Manuel Torres, que había estado desacertado en los 45 minutos iniciales, ya que se mostró más dinámico, simple y activo, haciéndose cargo de mover a la zona medular. Además, el equipo en sí, recuperó confianza, seguridad en el control de la pelota y el trámite a nivel general. A los 22, lo confirmó. Centro de Leandro Romagnoli desde la derecha y en el punto del penal, cabeceó solo junto al poste derecho y conquistó el segundo.
De seguido, al minuto, acción en el área y penal de Guillermo Pereyra, que el árbitro Jorge Baliño no dudo en pitar. Lo cobró Mauro Mattos, abajo, pegado al palo derecho de Pablo Migliore, descontando y dándole vida a su equipo cuando parecía que la ventaja de dos tantos ya sentenciaba la historia en el estadio Pedro Bidegain. No obstante, eso quedó para los 36 minutos, cuando un tiro libre de Leandro Romagnoli debido a una falta y expulsión de Carlos Soto, lo cabeceó Cristian Tula junto al poste derecho para convertir el tercer gol santo.
Desde allí hasta el pitazo final, sólo hubo lugar para el lucimiento de San Lorenzo y casi el cuarto de Sebastián Balsas, que cabeceó perfecto un centro de Diego Rivero y obligó a exigirse al arquero Nicolás Cambiasso para despejar la pelota al corner. Así, todo provocó la satisfacción del público, que disfrutó el primer triunfo de la temporada en casa y aguarda con expectativa el clásico en La Bombonera.