
Los malos arbitrajes contra el Ciclón son una constante, y parece que todo seguirá igual ante la pasividad azulgrana. Si la situación no se mejora puertas adentro, difícilmente desde afuera intenten cambiarlo.
Por Román Perroni
Uno de los puntos que más se le critica a la actual gestión es la nula intervención para que San Lorenzo deje de sufrir malos arbitrajes. Rafael Savino es el gráfico que refleja este preocupante cuadro.
A pesar de su Secretaría en AFA, el Presidente azulgrana no atiende esta problemática y, a su vez, manifestó que prefiere no opinar del tema. Ni siquiera lo hizo durante el triangular final del Apertura 2008, torneo del que todavía cuesta cicatrizar la herida.
Ante Racing, el sábado último, Sergio Pezzotta perjudicó notablemente al Ciclón. Más allá de la supuesta mala intención que este mediocre árbitro tiene contra San Lorenzo, su referato es posible porque en el club de Boedo se dan algunas situaciones que alientan a estos continuos y perjudiciales fallos arbitrales.
Pezzotta perjudicó a San Lorenzo porque hoy San Lorenzo no está sólido y carece de un orden en varias de sus áreas, más allá de la futbolística, que es, en definitiva, una consecuencia o accidente de las otras. La institución se muestra débil en ciertas circunstancias, sin copiar fructíferas etapas del pasado (aggiornado a estos tiempos, nos situamos en los modelos de Estudiantes, Vélez y Lanús).
Pezzotta perjudicó a San Lorenzo porque cuando hace tan solo un año, cuando Racing le empató al Ciclón en el quinto minuto de descuento (en ese 0 a 0, ¿había necesidad de cinco minutos? ¿Por qué no adicionó lo mismo el sábado, que hubo un expulsado y un gol en el ST?) nadie hizo ni dijo nada. No hubo reclamo en AFA (¡cómo puede un réferi adicionar cinco minutos en un tiempo que hubo cero incidencias!) por parte de las autoridades azulgranas y Pezzotta siguió dirigiendo a San Lorenzo como si nada. Cada vez que volvió a dirigir al Ciclón, entró al campo de juego más que tranquilo: ni se lo silbó. Siga, siga…
Pezzotta perjudicó a San Lorenzo porque San Lorenzo premió a Jonathan Bottinelli repatriándolo del ocaso europeo. El defensor volvió a demostrar que su inmadurez no tiene nada que ver con la camiseta azulgrana. ¿La Comisión Directiva o el Cuerpo Técnico tomarán medidas con él por la irresponsabilidad que volvió a cometer? Una pena, porque Bottinelli había hecho un gran torneo Apertura.
Pezzotta perjudicó a San Lorenzo porque San Lorenzo juega al límite. ¿Por qué comete muchas infracciones el equipo del Cholo? No, porque es limitado para jugar. Carece de ideas y no tiene una identidad futbolística. Hace cuatro partidos que no convierte. Así será difícil ganar, por más que el árbitro sea lo más correcto posible.
Pezzotta perjudicó a San Lorenzo porque el equipo no tiene oficio y, en términos criollos, viveza. Cuando Hauche anotó en clara posición adelantada (el asistente Ayala se hizo el distraído, ya que jamás se puede comer ese offside), lo primero que hizo fue girar hacia atrás para mirar al lineman, como hizo Maradona en el primer gol a los ingleses en el 86. Ningún jugador del Ciclón advirtió esto. Cero protesta, cien por ciento ingenuidad y falta total de concentración.
Lo peor es que más allá de todo lo enumerado, Pezzotta (o el pito de turno) seguirá perjudicando a San Lorenzo. Y no es por Savino. Porque algunos recuerdan a Miele pateando las puertas de los vestuarios. Con Miele se ganaron dos torneos de treinta que jugó. Por eso no es una cuestión de nombres u hombres. Es una cuestión de modelo. Cuando San Lorenzo se sincere puertas para adentro, reconozca sus fallas (muchas de ellas reiteradas), y recupere su estilo que lo hizo grande, adaptado a los tiempos que corren, los réferis pensarán dos veces qué pitar y, en definitiva, los de afuera serán más que nunca de palo.
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