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¡Superpapá!

Torres festeja su gol. Foto: Telam

San Lorenzo de Almagro y su costumbre histórica: quedarse con un clásico frente a Boca Juniors. Esta vez, lo ganó por 1 a 0 merced a un verdadero golazo de Aureliano Torres, que probó de larga distancia y enamoró a la red y a todo Boedo.
A lo largo del partido, el equipo de Ramón Díaz superó a su acérrimo adversario. No le sobró demasiado, pero siempre contó mejores intenciones, dominó criteriosamente el balón, trato de avanzar progresivamente y dispuso de un orden táctico oportuno aunque careció de mayor agresividad en el área auriazul. Claro que la situación, también se le vio facilitada por un Boca Juniors demasiado cauteloso y temeroso, que nunca propuso y sólo aguardó que un milagro o una aparición de Martín Palermo.
En los primeros diez minutos, ya comenzó a sobresalir la tripleta que conformaron Néstor Ortigoza, Guillermo Pereyra y Aureliano Torres, mostrando un estilo equilibrado e interesante, buscando salida a través de las bandas, pese a que no siempre lo logró. Los xeneizes, en tanto, evidenciaron cierta rudeza y especulación, sólo resaltando una positiva tarea de Cristian Chávez en la derecha y los movimientos correctos del experimentado Leandro Somoza. Claro que también es válido, destacar el "trabajo sucio" de Matías Giménez frenando a Christian Cellay o Christian Chávez, quién subiera por ahí. No lució a la vista de los ojos, sí cumplió en lo táctico
A los 21 minutos, la primera situación concreta le quedó en los pies de Cristian Chávez luego de una serie de rebotes desafortunados que le permitieron rematar y exigir a Pablo Migliore. Sobre los 24, respondió el Ciclón, en una acción que protagonizó Juan Carlos Menseguez (lo golpearon toda la tarde), combinó con Giancarlo Carmona, quien centró y Juan Manuel Salgueiro cabeceó incómodo, atajando Javier García junto al poste izquierdo. Esta posibilidad, levanto el ánimo del cuadro azulgrana, después de algunos momentos de indecisión y así, volvió a imponer su entusiasmo e iniciativa. A los 27, un contragolpe que incluyó la proyección de Cristian Chavez y una asistencia área a Martín Palermo, motivó un 'testarazo' del atacante arriba del travesaño. En los 30 minutos, un rechazo alto de Jonathan Ferrari, le quedó a Juan Carlos Menseguez para la volea dentro el área y no consiguió impactarla correctamente.
No obstante a lo remarcado, fueron escasas las oportunidades claras en este primer tiempo. También les faltó mayor sorpresa a los dos y profundidad en los metros finales, lo que fue haciendo todo deslucido. Eso sí, la sensación que dejó el período fue que si San Lorenzo de Almagro apretaba, podía originar más de una seria situación apremiante. A los 43 minutos, otra pelota detenida: un corner desde la izquierda, lo cabeceó incómodo Jonathan Bottinelli (muy firme en la zaga, de lo mejor en el equipo) y así respiró Boca Juniors, sabido es la peligrosidad de sus apariciones. Ello, se erigió en el último avance antes del pitazo de Pablo Lunatti.
A los 3 minutos de la etapa complementaria, Aureliano Torres (es un jugador parejo, regular, rendidor) ejercutó una falta sobre Juan Carlos Menseguez, la que se marchó muy próxima al ángulo superior derecho de Javier García. Sobre los 12 minutos, un corner desde la izquierda, lo cabeceó Jonathan Bottinelli de pique al suelo y el balón rebotó en el poste. Con más disciplina, el Ciclón se vio más decidido, dominador y dispuesto a adelantarse en el campo y doblegar la cautelosidad que pretendió implementar Julio Falcioni y su estrategia apática, reteniendo a los mediocampistas externos y aferrándose "a las barbas" de Javier García. Y así le fue, a los 22 minutos, Aureliano Torres trasladó el esférico, probó de larga distancia y la clavó en el ángulo superior izquierdo. ¡Golazo! ¡Justicia!
Cuando el cronómetro marcó los 25 minutos, y luego de una falta originada en el sector derecho, casi sucede lo inesperado: Pablo Migliore tuvo una salida en falso y un rebote en el pecho de Martín Palermo, casi encuentra la inesperada igualdad, sin acumular mérito alguno para ello. Tal posibilidad, hizo pensar a Ramón Díaz y a la media hora, modificó la estructura e ingresó a José Luis Palomino por Matías Giménez, ideando robustecer mejor la contensión. Igualmente, el Ciclón cedió terreno, posesión y esperó, tal vez arriesgando, pero confiando en su solidez.
Igualmente, siempre hay tiempo para sufrir. A los 43, en un contragolpe, centro, cabezazo de Martín Palermo y Pablo Migliore volvió a responder con seguridad. Ahí sí, punto final. Festejo merecido, liderazgo provisional e ilusiones crecientes.