Pese a las diferentes posiciones que presentaban ambos equipos en la tabla, tanto Arsenal como San Lorenzo compartían la racha de cuatro encuentros sin sumar de a tres.
Es por eso que la necesidad de cortar con esa nefasta racha era imperiosa para los dos clubes.Los locales fueron los que comenzaron mejor y con mayor cantidad de chances.
Un Arsenal que jugaba con el sello característico de su técnico: ordenado y de memoria.
Así fue como dispuso de mayor cantidad de chances en la primera etapa.
Pudo abrirse el marcador en ese mano a mano desperdiciado por Luciano Leguizamón, pero definió de puntín y desviado. El Arse lo buscó mucho de cabeza, pero tampoco lograba conseguirlo.
Uno de Choy se fue muy cerquita, y otro de Obolo que no logró conectarlo bien, fueron las más peligrosas.
San Lorenzo dependía de Romagnoli.
El Diez que estaba enchufadísimo era el único que marcaba la diferencia sobre el resto y hacía jugar a sus compañeros.
De hecho las dos llegadas más claras de esos primeros 45 minutos fueron obra suya.
La primera, un remate de larga distancia, y la segunda, una combinación con Menseguez por encima de la defensa rival, que no llegó a definir, tras la salida de Campestrini.
La tercera buena participación del Pipi fue la vencida, es decir, la del gol: comenzó una contra al borde de la línea del lateral a la altura de la mitad de la cancha.
La pelota se fue afuera por la marca de un rival.
No perdió el tiempo y sacó rápido.
Eso hizo que Menseguez quedase solo y encare hasta la línea de fondo para tocar la pelota al medio a Rovira que entraba solo ante la defensa local que había quedado mal parada tras un córner a favor.
Gol y desahogo para el Ciclón.
En el complemento, el partido siguió parejo. Los errores defensivos continuaron en ambos bandos. Así fue que tras un corner y un cabezazo en el área, Mauro Obolo ingresó sólo por el segundo palo para empardar las cosas.
El Pelado tiró a la cancha a Nelson Benítez, Aureliano Torres y Fabián Bordagaray.
En los últimos minutos hubo chances tanto para el local como para la visita.
Lo tuvo Arsenal, con ese remate de volea de Alustiza que devolvió el palo.
También lo tuvo Bordagaray, de contra, pero definió mal ante la salida del Uno rival.
Hasta que sobre el final, tantos errores en la última línea se pagaron caro: el ingresado Claudio Mosca, recibió sólo el balón dentro del área y definió cruzado, venciendo por segunda vez en la noche el arco del Loco y para decretar la victoria de los de Alfaro por 2 a 1 cuando faltaban segundos para el final.
Nueva derrota, nuevo golpe para este San Lorenzo que no puede hacer pie y sigue tambaleando.
Igual que Ramón Díaz, que no confirmó su continuidad para el año próximo y que ya no tiene el mismo crédito de antes con la gente.
Habrá que seguir trabajando y corrigiendo los errores, el próximo rival será el difícil Newells, partido en el cual no podrá jugar Guillermo Pereyra, por haber llegado a la quinta amarilla.
