
Este equipo no tuvo San Valentín. Los del Cholo desilusionaron nuevamente a los hinchas con un pálido 0 a 0 ante Vélez en el Bidegain. Mientras las posibilidades disminuyen, las dudas aumentan.
Por Román Perroni
Día de los enamorados. Qué mejor momento para retribuir ese sentimiento a San Lorenzo. Los hinchas, con la ilusión intacta, demostraron su amor hacia los colores, pero aún no logran encariñarse con el equipo, que por cierto está muy lejos de enamorar.
Es que este equipo de Diego Simeone dista de ser un Ciclón. Ni siquiera es una brisa. No contagia, no motiva. Nada. Es un cúmulo de interrogantes e improvisaciones. Es inseguro, histérico, que amaga pero no concreta. Una novia que difícilmente nos lleve al altar. ¿O jugando así se puede soñar?
Hoy este conjunto no satisface a nadie, y el técnico lo sabe. Por eso se retiró a los vestuarios apenas Pittana pitó el final. No esperó a ningún futbolista. Fue a pensar las justificaciones de porqué San Lorenzo volvió a desilusionar, a intentar explicar lo que nadie logra entender, como a qué juega este equipo.
Vélez Sarsfield, ese chico de barrio, que busca ser clásico, pero le falta clase, no ganó porque no tuvo su mejor tarde. Y dentro de la mediocridad del local, vale destacar las tareas de tres defensores: Sebastián Luna, Fernando Meza y Nelson Benítez. Los tres fueron una barrera para una delantera temible, como la que formaron Hernán López y Santiago Silva.
El partido, chato en líneas generales, pasará al olvido por las nulas emociones y el score en blanco. Se discutirá quién llegó más o cuál de los dos tuvo más cerca de ganar. Pero de nada servirá esta estéril e hipotética cuestión. Al fin y al cabo San Lorenzo no ganó y se aleja de los puestos de vanguardia, como así también se aleja del histórico estilo que caracterizaron a los grandes conjuntos azulgranas.
Para Simeone, la localía es un problema. Más si el equipo no convierte. Hace tres encuentros que se retira con la garganta seca. Difícil enamorarse si no producen la emoción más esperada, la más deseada por los hinchas.
Salvo la defensa, y la correcta labor de Pablo Migliore, es difícil rescatar algo de este apático equipo. Volvió Leandro Romagnoli, también volvió a sumar minutos Juan Carlos Menseguez. Es decir, San Lorenzo cerró el partido intentando buscar los tres puntos con una ofensiva en plena recuperación física y futbolista. Más, si le sumamos que Emiliano Alfaro recién está adaptándose al fútbol local. Imposible ganar así.
Mientras las posibilidades disminuyen, las dudas aumentan. La semana que viene llegará el clásico con Racing, en Avellaneda. Por el estilo del Cholo, seguro habrá variantes. No se sabe quiénes jugarán, y menos en qué puesto dentro del campo. Innecesario saberlo ahora, porque tampoco el día del partido lo sabremos. O mejor dicho, lo entenderemos.
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