
En la plaza debe haber un espacio deportivo, social y cultural en el que quede bien claro que el Ciclón está volviendo a Boedo. La conducción deberá convocar a los sectores que vienen trabajando hace años.
Por Alejandro Macció
En estos días comenzó a circular un proyecto de Daniel Filmus y de la conducción de San Lorenzo para construir una escuela en la ex plaza Lorenzo Massa. A priori, ponerse en contra de la construcción de un establecimiento educativo en cualquier lugar de nuestro país es políticamente incorrecto y correctamente criticable. Pero en este caso hay que tener en cuenta factores que hacen que este no sea un proyecto común y corriente.
La plaza fue recuperada por la gente de San Lorenzo con casi nula participación de la dirigencia azulgrana, desde el padrinazgo que consiguió la Subcomisión del Hincha (SCH), que fue el puntapié inicial para este sueño, hasta la recuperación definitiva gracias a la Ley de Reparación Histórica aprobada en una jornada histórica por la Legislatura Porteña han pasado muchas cosas, y en ninguna tuvo que ver demasiado la conducción del Club.
En paralelo con todo esto, la vuelta a Boedo ha tomado una dimensión muy importante para el Pueblo Azulgrana. Se compraron propiedades, entre ellas una con la colecta de la SCH con aportes hechos exclusivamente por la gente, se hicieron actividades, se comenzó con la vuelta real, que va mucho mas allá de la vuelta física al barrio que nos vio nacer.
En este recorrido se generaron proyectos para la ex plaza, con similitudes y diferencias, con discusiones, pero todos coincidentes en que ese espacio debe ser el puntapié inicial para la gran vuelta al barrio, el lugar desde donde se construya una trinchera de recuperación de identidad que tanto necesita nuestra institucion, el lugar donde el piberío de Boedo y alrededores que no sea cuervo se haga a la fuerza, por contagio y por pasarse todo el día en el club.
Lo que se haga en la plaza debe ser sólo el principio de un regreso con gloria y con estadio de fútbol a un barrio que extraña a San Lorenzo. Un barrio que necesita un shock constructivo que lo reposicione en el circuito porteño. San Lorenzo necesita a Boedo tanto como Boedo lo necesita a San Lorenzo.
Estas son grandes coincidencias, en las que la gran mayoría de los sanlorencistas estamos de acuerdo, y este proyecto que lanza la conducción del club se opone a esta gran coincidencia en un club donde las coincidencias no son muy frecuentes.
La vuelta a Boedo es muy importante, y parece que los dirigentes no tomaron conciencia de la dimensión y de las potencialidades que este proyecto le da a San Lorenzo. Es su obligación convocar a todos los sectores que vienen trabajando desde hace años con el tema y consensuar un proyecto, que abarque a todos, en el que trabajen todos.
Es su obligación actuar como conducción del club, no como dueños del mismo. Si conducen se darán cuenta que hay miles de cuervos que quieren dar una mano. Tal vez volver a los orígenes, en los cuales todos ponían un poco, sea uno de los grandes secretos para recuperar al club.
En la plaza debe haber un espacio deportivo, social y cultural en el que quede bien claro que San Lorenzo está volviendo a Boedo. La escuela se puede construir en otro lado, e incluso hay predios muy cercanos en los que se puede avanzar sobre el tema, pero "Tierra Santa" es el lugar desde donde San Lorenzo debe volver a ser lo que fue: el club social más grande de Argentina.
Hay que entender que San Lorenzo de por si es una gran escuela, una escuela de vida, de la que tanto se necesita en estos tiempos. San Lorenzo debe volver a ser la segunda casa de los chicos del barrio. Eso es una gran escuela.
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