
Había mucha expectativa en el nuevo San Lorenzo de Ramón Díaz, pero las mismas no terminaron por cristarlizarse, ya que el partido ante Gimnasia finalizó sin goles y el trámite resultó anodino y deslucido.
Al Ciclón le costó hacer pie en el mediocampo, no consiguió demasiada profunidad en las proyecciones por las bandas a través de Diego Placente y José San Román (subió un par de veces en la primera parte), le costó manejar criteriosamente la posesión en el mediocampo y mucho más, generar apremio y desequilibrio en los metros finales del campo.
Leandro Romagnoli no disfrutó de la dinámica que exhibió en la pretemporada, no integró un circuito con Emiliano Alfaro (puso una gran dosis de voluntad) y Fabián Bordagaray (no hizo pesar su calidad técnica), menos logró apoyarse en los laterales y toda esa situación conspiró para un mejor funcionamiento. A Juan Manuel Torres, que le puso entusiasmo y voluntad a la zona medular, también le costó complementarse con Leonardo López Méndez, lo cual motivó que toda el área mencionada no estuviera a la altura de lo que está capacitada a desarrollar.
Así, un discreto Gimnasia y Esgrima, falto de recursos, aprovechó la situación y se apoyó en su orden, maquilló las limitaciones de su nivel colectivo y condujo el partido hacia un terreno dónde el daño que pudiese recibir de San Lorenzo esté reducido a mínimas probabilidades. Ello fue logrado por la oncena que lidera el técnico Diego Cocca, a partir de una estrategia impecablemente estudiada e interpretada. Para los albiazules, el objetivo estuvo cumplido.
Alvaro Navarro contó la mejor opción para abrir el marcador en el período inicial, luego de un centro que cabeceó a la base del poste derecho. En tanto, un desborde de Juan Manuel Torres por la derecha, que no consiguió capitalizar Fabián Bordagaray en el punto penal, fue lo mejor del Ciclón. En la etapa complementaria, lo interesante quedó en poder de un cabezazo de Sebastián Balsas, que neutralizó el arquero Gastón Sessa de manera notable y le impidió el festejo.
El Ciclón, de todos modos y a pesar de la opaca igualdad, debe apelar a la paciencia, puesto que amen de su potencial, irá evolucionando y diseñando espectáculos superiores al ofrecido esta tarde en la ciudad de las diagonales. No cabe duda, que Ramón Díaz y su armada harán camino al andar.
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