San Lorenzo y Estudiantes, sin goles

Menseguez en acción. Foto: Olé Digital

San Lorenzo y Estudiantes se respetaron demasiado, más de lo habitual, jugaron con las necesidades e intereses de cada uno, diseñando un espectáculo escasamente lucido y sin grandes emociones que aplaudir.
Lo mejor del equipo que dirige Ramón Díaz duro poco y surgió desde el buen manejo que tuvo en el mediocampo durante aislados pasajes del primer tiempo. Allí, surgieron algunas aproximaciones de relativo peligro: un remate cruzado y desviado de Aureliano Torres desde la izquierda, un intento parecido de Giancarlo Carmona en la derecha y una definición débil de Juan Manuel Salgueiro por el medio. A ello, sí es válido añadirle la generación de algunas faltas próximas al área, que no surtieron efecto como recurso para preocupar a Agustín Orión.
El conjunto estudiantil, en cambio, recién pudo equilibrar el trámite, una vez que Juan Sebastián Verón y Enzo Pérez pudieron rearmar ese circuito de conexión que los azulgranas neutralizaron. Así, fueron capaces de generarle ciertos dolores de cabeza a Pablo Migliore, principalmente originando acciones por el sector derecho de su ataque. El mencionado Juan Verón contó una posibilidad, un tiro libre de Leandro Benítez lo exigió, Leandro González disfrutó otra chance y existió un gol anulado por offside.
Claro que todo eso no colmó las expectativas de dos elencos protagonistas de la tabla clasificatoria. Faltó técnica, agresividad, ideas, desequilibrio... y así, el cero le quedó perfecto al fútbol de los dos.
En la segunda parte la tesitura fue la misma. Sólo que Estudiantes acentuó el dominió del balón pero lastimando menos que durante el período inicial.  Mientras San Lorenzo apostó al contragolpe, esperando salidas en velocidad para Juan Carlos Menseguez o Juan Manuel Salgueiro, las que no llegaron.
Así, ni siquiera los ingresos de Juan Manuel Torres, Leandro Romagnoli y Pablo Velázquez en diversos momentos de la etapa, le dieron al equipo mayor contensión, tenencia de pelota o presencia en ataque.
Entonces, con el correr de los minutos, ambos equipos se fueron amoldando al cero, quizás los estudiantiles sumaron algo más de ambición, pero nada justificó que existiera festejos y que la balanza se inclinara hacia alguno, obteniendo el cero que los dejó iguales en todo.