San Lorenzo perdió 2-1 con Colón (dos goles de Acosta). Increíble la cantidad de goles que se perdió en el Gasómetro el equipo de Ramón, que jugó gran parte del segundo tiempo con uno más por la roja a Ledesma y descontó en el final. A arreglar el auto...
¿En serio no metió ningún gol San Lorenzo hasta el tiempo de descuento? ¿En serio no la pudieron meter Velázquez, Salgueiro ni Menseguez? Sí, de no creer el partido que perdió el Ciclón en el Gasómetro contra Colón. Y el colmo, más allá de los goles errados, es que un tal Acosta le amargó la vida.
Venía motivado Ramón, venía motivada la gente con un equipo que está para pelear arriba. Esta caída no cambia los objetivos, pero sí es un golpe impensado contra un equipo irregular. La gran explicación de la caída está en la falta de definición. Antes del 1-0 de Acosta, de cabeza, había tenido cuatro chances claras. Y después, en desventaja, empezó a fallar en las dos áreas: arriba y atrás, exponiéndose ante un rival que en cualquier momento le metía otro golpe.
Hubo errores de definición, más que grandes atajadas de Pozo. Sólo por eso San Lorenzo no se puso arriba, no empató y no descontó rápido. Se le hizo más cuesta arriba cuando Acosta, otra vez, cabeceó en el área y otra vez gritó.
El equipo de Ramón no aprovechó tampoco el hecho de que su rival se quedara con diez por la roja al Lobo Ledesma. Siguió yendo hacia adelante, Velázquez la pegó en el palo con un cabezazo y parecía que la pelota no quería entrar. Es más, entró en el momento menos pensado, un derechazo de Carmona, para un descuento que no generó ilusión, porque no hubo tiempo para más. Fue el domingo en el que el Falcon de Ramón se dio un palo y el el Gasómetro chocó con un tal Acosta.
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